Mujeres extraordinarias

​En este día en que celebramos oficialmente el Día Internacional de la Mujer, no les daré una lista de mujeres que han tenido influencia en el mundo en los campos de la ciencia, las finanzas, el deporte o la política.
En cambio, quiero que pienses en lo que llamamos "mujeres comunes", sí, la mujer que es tu cajera en tu supermercado local o en la gran tienda. La mujer que conduce esa furgoneta que trae tus paquetes que compraste en linea. Las mujeres que trabajan largas horas en fábricas o almacenes donde se fabrican o envasan muchos de los productos que utilizamos. Las mujeres que limpian aeropuertos, centros comerciales y muchos otros edificios públicos o privados. Las mujeres que conducen los autobuses escolares, las señoras que trabajan en los comedores de las escuelas públicas o privadas asegurándose de que nuestros hijos tengan comida. Las mujeres que trabajan en los campos donde obtenemos nuestras frutas y verduras.
¿Y tus vecinas? Esa señora que sale todos los días a pasear con su perro, o con sus hijos o nietos. ¿Qué pasa con las damas de su iglesia o congregación local? La que siempre está ayudando de una manera silenciosa dando de su tiempo alimentando a los demás, ofreciéndose como voluntaria durante horas, días, y si haces un recuento, ella ha estado haciendo eso durante años.
¿Nos tomamos el tiempo para detenernos y reflexionar sobre la influencia positiva que estas "mujeres comunes" tienen en nuestra sociedad? Y para ser claros, no hay mujeres ordinarias, somos extraordinarias a nuestra manera, bajo nuestras circunstancias y haciendo lo mejor en nuestras diversas etapas de la vida.
No hay nada de malo en reconocer a las mujeres en las áreas que mencioné al principio, porque han hecho cosas increíbles para muchas. Pero ¿podemos también tomarnos el tiempo y ver lo que una madre que se queda en casa hace todos los días por su familia? Esa mujer que ahora también tiene que cuidar de padres ancianos, o de hijos con discapacidades que necesitaran atención de por vida. Desde la madre que vive en un barrio agradable y tranquilo, hasta la mujer que tiene que vivir en un campo de refugiados. A la mujer que tiene una educación que le permite mantener a su familia, a la mujer que lo ha perdido todo debido a la guerra y ahora tiene que encontrar la manera de sobrevivir cada día.
Hoy, al celebrar y reconocer el Día Internacional de la Mujer, no olvidemos que hay muchas mujeres que todavía viven en la opresión, en el miedo, en la guerra, en la pobreza, en un estado constante de crisis. Todavía tenemos mucho que aprender los unos de los otros y apoyarnos mutuamente.
Cada mujer fue alguna vez una niña, una niña con sueños, una niña que reía y quería crecer y cumplir cualquier sueño que tuviera. En esta era digital en la que podemos usar las redes sociales para saber lo que está sucediendo en otras partes del mundo, no nos olvidemos de nuestras mujeres más cercanas en nuestras comunidades. Recordemos a las mujeres jóvenes en nuestras comunidades, en nuestros sitios de adoración, y en nuestras actividades. Ellas son las que continuaran este legado de inclusión, amor, respeto y agradecimiento.
Todos queremos ser amados, incluidos, aceptados y sentir que marcamos la diferencia. ¿Podemos vernos? ¿Puedo verlos? ¿Te puedo ver? ¿Me ves? Gracias por las mujeres increíbles en mi vida, por las mujeres que me abrieron el camino para que pudiera estar aquí, por las mujeres que hacen cosas increíbles y hacen que mi vida sea mejor de muchas maneras todos los días.